Hilo Rojo (parte 2/2)

– Tengo miedo.

– Vamos, sigue andando.

– Por lo menos podrías explicarme ¿Qué demonios hacemos aquí? – Pica la detuvo tomándola del hombro – Estamos entrando al lugar más peligroso de Pocas Luces.

– No te lo puedo decir todavía, te asustaras más.

– ¿Mas? – El continúo hablándole a la espalda de la chica que ya había reemprendió su camino – Seguro te olvidas pero una niña de nuestro curso desapareció y se cree que fue aquí.

Sala lo miro con suspicacia por encima de su hombro. Pica se detuvo horrorizado.

– No, Sala, no, no seguiré.

– Vuelve si quieres.

– ¡Vilvi si quiris! – burlándose con voz aguda, Pica miro para todos lados con fastidio – ¡Como si fuera fácil! No sé ni donde mierda estamos.

– Entonces no me hagas perder el tiempo.

Por un largo rato siguieron caminando torpemente.

– Ten cuidado, cada vez se pone más difícil.

– ¿Y a que vamos? Digo, entiendo que no llegaremos a un claro donde nos está esperando una canasta y un día de camping ¡Vamos!, cuéntame un poco.

La chica se detuvo y tras examinar el rostro impaciente de Pica hablo, lo hizo rápido y sin espacios.

– El amigo imaginario de tu noviecita de la primaria me contactó para informarme que Gina no había logrado descansar en paz por una cuenta pendiente que necesitaba saldar, y que yo era la única capaz de ayudarla. Asique tengo que ir al lugar de su muerte para encontrarme con su fantasma y así poder ayudarla a descansar en paz.

Pica la observo ofuscado con la boca entreabierta. Parpadeo con las manos en su cintura y trago saliva varias veces. Sala rio.

– ¿No que querías saber?

El muchacho seguía mirándola sin poder hablar.

– Continuemos estamos cerca.

Sala siguió caminando pero lo hizo lentamente, sentía que estaban cerca. Noto que Pica la seguía prácticamente pegado a su espalda.

– No te pases de listo.

– A vos te parece que estoy para bromas yo – le susurro el chico claramente temblando de miedo.

– ¡Sh! Ella está aquí.

– ¡Cuidado!

Sala pego un grito de miedo, Pica la había tomado del brazo. El chico empezó a reírse.

– ¡Tendrías que haber visto tu cara! – dijo entre risas – siempre tan machita, y te pegaste flor de… ¿qué miras?

Sala estaba con la mirada fija observando detrás de Pica, el chico sin mirar para atrás y muy tembloroso camino lentamente hasta pararse detrás de su amiga y desde encima de su hombro recién se animó a contemplar la pequeña figura que los miraba con una mueca de desagrado. Pica apretó el hombro de Sala con fuerza por el miedo.

– Nunca me caíste bien bruja, y Tom sabía que algo había entre ustedes – la voz de la niña era terrorífica y retumbaba en el silencioso y oscuro bosque. Su espectro estaba intacto con un vestido blanco como su piel traslucida. Sus ojos negros no emitían brillo, absorbían toda la luz que miraban.

– Estoy aquí para ayudarte, Tom me lo pidió.

– Pensé que jamás lo haría, ha pasado mucho tiempo. Él me ha abandonado aquí.

– Tom no podía hacer otra cosa, era parte de tu imaginación.

– Siempre lo sospeche, era imposible que no le gustara tomar leche chocolatada.

– Necesito que me cuentes lo que te tiene perturbada aquí.

– Pues es eso – dijo la niña señalando un pedazo de tierra – escarba un poco ahí.

– Vamos Pica, hazlo – le dijo Sala arrastrándolo hasta donde la niña señalo.

– ¿Por qué yo? – dijo el chico asustado, resistiendo.

– Vamos Pica, ayúdame. No me temas ¡cielos! como pude gustar de ti – dijo el fantasma.

Sala rio con malicia. Pica tembloroso se agacho pero no vio nada.

– ¿Qué se supone que debo hallar? – pregunto con un hilo de voz, espantado por la respuesta imaginada.

– Mi cadav…

– ¡Bien, olvídenlo! No voy a hacerlo – decidido se levantó, y miro a la bruja y al fantasma.

– Si no lo haces no te ayudare a salir de aquí – dijo Sala.

– ¡Saldré solo! Aunque tarde más tiempo.

– ¡Tonto! No entiendes que no hay forma de salir con vida de este bosque – el fantasma se le acerco, Pica estaba al borde del desmayo – Ella es la única que puede sacarte de aquí  ¡Haz lo que te diga!

– Hubiéramos sido buenas amigas – comento la bruja al fantasma de la niña – revuelve un poco ahí Pica, no debe estar muy profundo.

Con solo excavar dos veces logro ver una pequeña y cadavérica mano destruida por el paso del tiempo. Pica se mordía el labio inferior para no llorar del espanto. Un hilo rojo intenso estaba atado a uno de los dedos de ese cadáver.

– Con que un hilo rojo, eh – Sala se cruzó de brazos y miro a la niña – es la primera vez que veo uno.

– No, no es solo un hilo rojo. Busca la otra mano.

– ¡Por favor! – se lamentó Pica pero lo hizo – Suficiente no voy a hacer nada más.

Sala se agacho con mucha curiosidad para observar los dos hilos.

– ¿Y qué dices, bruja? Necesito que me lleves con quienes son mis dos destinos, quiero verlos.

– Destinos, Amores quien sabe lo que te espera – la corrigió Sala – esto es raro, la leyenda habla de un solo hilo. No puedo llevarte. Tu alma permanece cerca de tu cuerpo.

– ¿Entonces Bruja? ¿Cómo me ayudaras?

La chica tomo con cada una de sus manos uno de los hilos.

Veniat ad me, Ostende mihi viam” eso fue lo que le pareció entender a Pica que se había corrido del cuadro central, ahora era parte del decorado. Observaba todo, con pánico y misterio.

Sala volvía a tener esos ojos rojos que atemorizaban a cualquiera. Tras decir esas palabras, los hilos en sus manos empezaron a vibrar y a brillar. El resto del hilo tapado por la tierra y los años comenzó a emerger a la superficie. Su brillo iluminaba el bosque. Pero entonces, todo se detuvo, la cabellera larga de la bruja que se había elevado por la fuerza de su magia, cayo. Los ojos volvieron a apagarse, el hilo perdió su luz.

– ¿Y mis hombres? ¿Mis destinos donde están, Bruja?

Sala soltó los hilos sin entender nada. La niña insistió “Contéstame Bruja” ¿Qué significada eso?

– ¿Y sala? – Pica curioseo lleno de timidez, al ver que volvía a parecer una simple mortal.

– No hay nadie del otro lado – la Bruja miro primero a su amigo y después a la niña – No hay destino, del otro lado.

– ¿No entiendo Bruja?

– Mira.

Sala Tomo solo un hilo esta vez, y le dio un pequeño impulso de magia, con un leve movimiento un pedazo del hilo cercano a su manga se encendió de brillo nuevamente. Con otro movimiento el brillo salió disparado por el hilo hasta perderse en la oscuridad.

La niña espectro miro a Pica buscando explicaciones pero este solo se encogió de hombros.

– Esperen.

Los tres se quedaron en silencio y tras, nos mas de dos minutos, una leve luz se empezó a divisar de lejos. El pequeño pedazo de brillo sobre el hilo volvía, esta vez por el otro brazo.

– No son dos hilos, es uno solo. Y solo te une a ti.

– ¿Y mi destino cuál es?

– ¡No lo sé! No tiene sentido.

– El destino no existe – Ambas miraron a Pica.

– ¿Qué dices?

– No se dan cuenta que estás hablando del destino de un hilo, cuando te terminaste muriendo en el medio de la nada. Quizás tu destino era morir aquí ¿o no? ¿O el destino solo funciona para cosas bonitas?

– Hablas como Tom.

– El alma de alguien que no se elevó permanece por una razón – aclaro Sala – Pero no por curiosidad.

– ¿Qué quieres decir?

– Ella no está aquí, solo porque no pudo saber que pasaba con estos hilos. Y ahora que descubrimos que el hilo solo conduce a ella, sabemos que la razón de su “no elevación” es otra.

– Ayúdame Bruja.

– ¡Eso estoy haciendo!

– Un momento, quizás… – Pica había dejado de lado el miedo, su cabeza empezaba a maquinar, caminaba de un lado a otro con las manos abiertas golpeando su cabeza – quizás…

– ¡¿Qué?! ¡Habla de una maldita vez!

– ¿Cómo es la leyenda? – pregunto el chico.

– Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper.

– Exacto. Se supone que todos tenemos uno ¿no?

– Si, así es. Pero el de ella es diferente.

– ¡NO! El destino no existe, el hilo Rojo une solo a aquellos que están destinados a encontrarse – Pica se le acerco a la bruja y la tomo de los hombros – Pero no con otro más que con uno mismo. Nadie puede encontrarse con nadie verdaderamente hasta no hacerlo con uno mismo. No somos mitades buscando completarnos, Sala… ya estamos completos de fábrica.

La bruja lo miraba abstraída.

– Lo que dices no tiene sentido ¿Entonces qué es lo que a ella la ata? – Sala giro para ver a la niña.

– Tal vez el creer que su destino era otro.

– ¿El destino no existe, bruja?

– ¡Por supuesto que no! – interrumpió Pica acercándose al fantasma – y si existiera, ¡No nos conviene creerlo! ¡Imagínense a un Todopoderoso eligiendo el destino de una niña condenada a ser violada por su padrastro, o el de miles de niños inocentes a morir en guerras! ¿O qué?  ¿Ahí ya no actúa el destino? Si el destino no es inquebrantable ¿entonces de qué sirve? Pues entonces no lo quiero, no lo creo ni lo acepto. ¡Y de existir, y ser así de cruel! Pues entonces prefiero hacer de cuenta que no existe.

– ¿En qué crees, Loco? – dijo el fantasma.

– En hacerse cargo de las decisiones que cada uno toma, creo que echarle la culpa a alguien de las acciones que me llevaron a terminar donde estoy, no solo hablaría de una elección cobarde, también me parece irresponsable.

– ¿Entonces el hilo rojo que significa?

– Una metáfora – explico Sala – Alguien nos quería aquí, pero ¿quién? ¿Para qué?

– Un momento, entonces el hilo rojo…

– Tom – la niña fantasma miraba su cadáver consternada – él, me lo debe haber colocado esa misma noche.

– ¿Pero por qué?

– No lo sé, últimamente estaba celoso de ti – dijo señalándolo a Pica – desde que te pregunte si querías ser mi novio se puso loco.

– ¿Los amigos imaginarios sienten? – le pregunto Pica a Sala.

– Los amigos imaginarios son niños que murieron jóvenes. Cuando te elevas de niño puedes elegir que ser. Amigo imaginario, fantasma de películas, ángel, etc.

– ¿Yo también voy a poder elegir? – pregunto Gina expectante.

– Claro, pero no hasta develar el misterio.

Los tres hicieron silencio por unos minutos. Pica pensativo se acercó hasta tomar unos de los hilos y trato de jalar de él.

– ¿Qué haces?  – pregunto el fantasma.

– Tom puede haber estado enamorado de ti, Tom puede haberse puesto celoso de mí, Tom puede haber contactado a Sala para que vengamos aquí, pero ¿para qué? ¿Por qué acá? Este hilo tiene que conducir  a algo.

Sala puso los ojos en blancos y persiguió el hilo sin moverse. Encontró a unos minutos de distancia que el hilo se enredaba en una roca semi enterrada en la tierra que rezaba “Tom Raszic, 1902 – 1907, ojala encuentres en otro plano, el amor que no has podido encontrar en la tierra

 


 

– Entonces ¿el destino existe? – Interrogo el loco a su amiga mientras caminaban de camino al centro de Pocas Luces.

– ¿Importa? Ya ayudamos a develar el misterio de Gina y logro elevarse.

– ¿Cómo sí importa? ¿No te parece vital, comprender si ya tenemos un destino trazado? ¿Qué te pidió Gina que le digas a Tom? ¿Lo contactaras?

– Se lo prometí, debo hacerlo, le tengo que decir que la espere en el armario de la casa de los Thompson, allí se encontraran.

– Entonces ¿ella volverá como amiga imaginaria? – Pica estaba ensimismado – ¿Eso es amor?

– Puede ser, aunque tal vez ese haya sido su destino desde el principio – inquirió la Bruja con audacia.

– ¿Puedes tú, ver el destino de cada uno? ¿No tienes miedo de que el tuyo sea terminar conmigo en alguna forma de vida extraña?

– No hay manera remota de que eso suceda.

– En Pocas Luces cualquiera puede amanecer con un hilo rojo, ten cuidado.

19 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Mauricio Psy dice:

    Insisto, me encantan esta metáforas disimuladas.

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    1. Me alegro Mauricio!!
      Gracias por la lectura, se aprecia mucho 😊

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      1. Mauricio Psy dice:

        Al contrario, gracias por dejarnos seguir a Sala y Pica en sus correrías.

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  2. Fabián, qué gusto me da poder ver tu escritura.
    Me encantó el relato.
    Gracias por llegar a mi blog, así abriste la puerta a tu sorprendente mundo.
    Feliz fin de semana.

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    1. Muchas gracias Viviana!
      Me alegro mucho que te guste y te agradezco el tiempo y la lectura.
      Un saludo enorme, nos estamos leyendo.
      Buen finde

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  3. Preciosas las entradas del hilo rojo. Ha sido interesante seguir a Picas y Salas, logras que el lector no pierda el hilo de la historia.
    un cordial saludo

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    1. Muchísimas gracias!
      Me alegra de corazón que agrade y que parezca llevadera la historia.
      Saludos!! Nos leemos

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  4. Franz dice:

    hola amigo graçias por el follow yo tiengo a seguir tigo ahora!

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    1. Muchas gracias!!
      Nos leemos saludos

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      1. Franz dice:

        Saludos tambièn! 😀

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  5. Saray Borge dice:

    Tu relato lo leí hace algunos dias, justo minutos después de haber escrito algo relacionado al hilo rojo.
    Me fascinó. incluso llegué tarde a mi destino porque el relato me atrapó.

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    1. Muchas gracias y perdón por la fatalidad de retrasar lo inevitable.
      Esta tarde me leo tu relato ya que yo también deseó retrasar algunas cosas.
      Saludos y gracias

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      1. Saray Borge dice:

        Gracias a vos.😉

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  6. Demasiado genial. Igual lo que le ata es no haberse conocido a si misma nunca intentando seguir hilos rojos que le llevaban a otras personas..(?)

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    1. Excelente! Debería agregar eso a la historia! 😊
      Gracias por la lectura!
      Saludos

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      1. rguerreroc89 dice:

        No se si sólo a los que nos gusta crear historias nos pasa pero fue como estar en aquel bosque, asustado y mirando esos hilos iluminados.

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      2. Gracias por el elogio, es muy groso para mi, que me digas que te sentiste ahi.
        Lo aprecio, de verdad.

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