Y no vendrás.
Ni hoy, ni mañana, ni nunca.
La espera es una basurita en los ojos, que no se puede limpiar.
Cada cuatro segundos te das cuenta que ahí está, y que de ahí no se va a mover.
Y entonces, se personifica.
Ya no es que no puede, ahora no quiere.
Ahora me insulta, se ríe.
Cobarde.
¡Me golpeas desde el piso, cobarde!
Déjame levantar.
No vendrás.
Nunca lo harás.
De nada sirve esperar, pero tu espera se personificó.
Y no me deja en paz.
Me atora, me atraganta.
No me deja desayunar en paz. Me usa el baño cuando más lo necesito.
Tarda horas en bañarse y en secar su largo pelo.
Tu espera me hizo de cenar.
Dos vinos bastaron para empezar a reír juntos.
Un champagne amortizo las lágrimas que prosiguieron a las risas.
Dormimos juntos por vez primera.
Tu espera resulto ser intensa y voraz.
Ella ocupo mi lugar de la cama, y yo el derecho por primera vez.
No vendrás, es verdad.
Creo que ya no te necesito.
No creo que sea conformismo.
Mas bien es cuantía.
Tres son multitud.
👏
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😊
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Reblogueó esto en Wabi Sabiy comentado:
yo y tu espera…
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Gracias!!
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Interesante 🙂
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Muchísimas gracias ☺️
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