El equilibrio entre la vida que soñamos y la que nos tocó, se rompe cuando crecemos. Y vemos que lo que nos tocó hace que queramos lo que soñamos. Y cómo la definición de soñar habla del no tener. Y como el no tener es una construcción cultural. Y cómo reprimimos los sueños por construcciones sociales.
Y cómo se rompe el equilibrio entre el tener y el desear, cuando nos enseñan las cosas que tenemos que desear. Imposible creer en la libertad, cuando te la venden con una antorcha y un libro de leyes en su brazo.
Y cómo creer en personas que no saben en que creer. Y cómo sentirse sin este vacío inmenso cuando se cae la máscara de hierro. Que difícil vivir entre personas adormecidas. Que ganas de gritarles en la cara, cuanta impotencia.
Imagino a cada persona cargando a su niño interior sobre los hombros. Llorando la vida que soñaron, observando en las manos de quien las dejaron.
Nuestros Dioses son los niños que fuimos, y en cada vida apuestan por uno de nosotros, diciendo “Este no me fallará”, y en el noventa y nueve por ciento de los casos, nunca vuelven a elegirnos.
¡Me ha encantado!
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¡Muchísimas gracias! Me alegro que haya gustado 😊
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Uf que buena entrada!!! Me encantó!!!! 🙏
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¡Gracias! Por el halago y por tomarse el tiempo para leer 😊
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Y te sigo ya también
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Lo mismo hago, nos leemos!
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Me ha hecho recordar el niño que llevo dentro, que se había prometido a sí mismo, nunca ser como los adultos. Me doy cuenta de que me he estado fallando y me queda la solidaridad con los niños de hoy en día.
Le estoy muy agradecido por haber considerado mi entrada digna de enlace.
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¡Muchas gracias! Es una falla que viene de fábrica. Imposible luchar contra ella. ¡Gracias por el tiempo de leer y comentar! Saludos, nos estamos leyendo.
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